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Por qué y cómo usar las vitaminas y suplementos alimenticios

Lo ideal sería tomar todas las vitaminas, minerales y otros nutrientes con los alimentos, sin tener que añadir vitaminas concentradas en forma de tabletas o píldoras. Esto también fue posible hace 100 o hasta 500 años atrás, cuando todos los alimentos crecían en tierras fértiles y no estaban ni refinados ni procesados y contenían todos los nutrientes que la natura­leza les concedió. Pero hoy en día, cuando las tierras están desgastadas, cuando los alimentos están llenos de residuos de cientos de insecticidas y otros productos químicos tóxicos y cuando el valor nutricional de prác­ticamente todos los alimentos se ha visto enormemente reducido por las prácticas de producción y procesado, destructoras de vitaminas, proteínas y enzimas (como la tendencia a cosechar la producción antes de que haya madurado por completo), la complementación de la dieta con vitaminas y suplementos alimenticios es de importancia vital. Los alimentos de la época actual con un poder nutritivo inferior e impregnados de tóxicos, generan muchas deficiencias nutricionales, desórdenes en la química del organismo y una menor resistencia a enfermedades.

El propósito principal de la suplementación alimenticia es colmar las brechas nutricionales originadas por los hábitos alimenticios erróneos y por los alimentos con un potencial nutritivo inferior.

En vista de que en este libro nuestra principal preocupación es curar las enfermedades, las vitaminas y suplementos alimenticios, usados para la terapéutica, pueden ser de enorme ayuda para atacar la enfermedad y acelerar la recuperación.

Las vitaminas pueden usarse en dos formas diferentes bien definidas:

1)              Para corregir deficiencias. Cuando se señala una deficiencia espe­cífica de cualquier vitamina o mineral, las vitaminas o minerales prescri­tos pueden corregir la deficiencia y curar la afección causada por defi­ciencias nutricionales.

2)              Como medicamentos. Muchos practicantes de vanguardia, por todo el mundo, están usando vitaminas en dosis masivas, dosis arriba de los requerimientos nutricionales reales, en el tratamiento de todo tipo de estados de salud precaria. Se ha comprobado que muchas vitaminas, en dosis elevadas, tienen un efecto curativo, estimulante y protector milagroso en una gran variedad de funciones orgánicas, un efecto totalmente dife­rente al que ejerce normalmente la vitamina como catalizador metabólico y nutricional.

Aquí presentamos algunos ejemplos:

Vitamina C. Uno necesita de 100 mg a 200 mg de vitamina C al día para conservar el funcionamiento normal y saludable del organismo. Pero cuando se toma la misma vitamina en grandes dosis, digamos de 5,000 a 10,000 mg diarios, funcionará en forma totalmente diferente y realizará milagros como:

  • Destrucción de bacteria patógena, al actuar como un antibiótico inofen­sivo.
  • Prevención y curación de resfriados e infecciones, ya que posee una actividad antihistamínica natural.
  • Neutralización eficaz de varias toxinas en el organismo, ya que es un potente antitóxico.
  • Aceleración de los procesos curativos en casi cualquier caso de salud precaria.
  • Aumento en la virilidad sexual.
  • Prevención de envejecimiento prematuro al fortalecer el colágeno y pre­venir el proceso degenerativo.

Vitamina E. Para un funcionamiento normal y sano de todos los órganos y glándulas se necesita, tal vez, 100 U.I. de vitamina E al día (la estimación oficial es de sólo 45 U.I.). Pero cuando se toman dosis elevadas de vitamina E, de 600 a 1,600 U.I. o hasta más, asume el papel de medica­mento y puede realizar las siguientes funciones:

  • Disminuye en forma notoria las necesidades orgánicas de oxígeno.
  • Protege en contra de los efectos dañinos de muchos venenos ambientales en el aire, agua y alimentos.
  • Salva la vida en los casos de enfermedades cardiacas aterosclerótica» al dilatar los vasos sanguíneos y actuar como un antitrombótico efi­caz.
  • Previene la formación de cicatrices en los tejidos por quemaduras, úlceras y curaciones postoperatorias.
  • Ejerce un extraordinario efecto en los órganos reproductores: previene abortos, aumenta la fertilidad tanto en hombres como en mujeres y ayuda a restablecer la potencia masculina.

Vitamina A. La dosis diaria recomendada oficialmente es de 4,000 unidades USP. Pero cuando se toma en dosis de hasta 100,000 unidades USP diarias, se sabe que la vitamina A:

  • Cura muchos desórdenes persistentes en la piel.
  • Cura infecciones crónicas y enfermedades de los ojos.
  • Aumenta la tolerancia del organismo en contra de venenos.
  • Previene la vejez prematura, en especial el proceso de envejecimiento de la piel.

Niacina. La dosis recomendada oficialmente es de 10 mg, pero mu­chos médicos por diversas partes del mundo han usado dosis masivas de niacina (hasta 25,000 mg) para tratar la esquizofrenia, y de hecho, han logrado curas extraordinarias con la llamada terapia megavitamínica.

Estos pocos ejemplos muestran que las vitaminas pueden usarse con éxito en grandes cantidades en lugar de muchos medicamentos de uso común. Los medicamentos son siempre tóxicos y tienen muchos efectos secundarios nocivos, mientras que las vitaminas son, por norma general, no tóxicas y cien por ciento seguras.

En la Parte Uno de este libro especificamos las vitaminas y suplemen­tos alimenticios que pueden utilizarse con éxito en el tratamiento de diversas enfermedades (ver Introducción: “Cómo usar este libro”, seccio­nes 5 y 6, en cómo usar vitaminas terapéuticamente).

Cuando no existe ninguna enfermedad específica, sino que la persona necesita sencillamente una dieta fortalecedora y reconstituyente de la salud para lograr una salud óptima, más vitalidad y una mayor resis­tencia en contra de las enfermedades, recomendamos la DIETA AIROLA con los siguientes suplementos alimenticios y vita­minas. Estos suplementos también son apropiados para todo aquel que se está recuperando de una enfermedad y desea restablecer su salud y vitalidad lo más pronto posible.

1)              Vitamina C — de preferencia en forma natural de un concentrado de escaramujo u otras fuentes naturales: de 1,500 a 3,000 mg al día; in­cluso más en todo estado crítico de salud precaria. La vitamina C es totalmente inofensiva incluso en grandes cantidades.

2)              Vitamina A — en forma natural en el aceite de hígado de pescado o hierba de limón: 25,000 unidades USP diarias. Bajo supervisión médica puede tomarse en dosis hasta de 100,000 unidades diarias por tempora­das cortas.

3)              Vitamina E — d-alfa tocoferol natural de aceite vegetal: 600 U.I. dia­rias. Si nunca antes tomó vitamina E, comience con 100 U.I. y aumente cada semana 100 U.I. más. Si sufre de alta presión arterial o enferme­dades cardiacas reumáticas, consulte a su médico para que le indique la dosis apropiada para su estado particular.

4)              Vitaminas del complejo B, con B12 — natural, de concentrado de leva­dura, de la más alta potencia: de 1 a 3 tabletas o cápsulas al día. (La potencia común del complejo B natural no excede de 10 mg para las vitaminas Bl, B2 y B6).

5)              Levadura de cerveza — levadura alimenticia de crecimiento primario: de 1 a 3 cucharadas al día.

6)              Algas marinas: 1 a 2 cucharaditas de gránulos al día o 3 tabletas.

7)              Aceite de hígado de pescado — sin fortalecer, para las vitaminas D y A:

1               cucharadita al día.

8)              Lecitina: 1 a 2 cucharaditas de gránulos al día.

9)              Suplementos minerales — harina de huesos o lactato de calcio: 1 cu­charadita de polvo o 3 tabletas al día.

 

Algunas indicaciones de cómo tomar las vitaminas y suplementos

 

1)    Como regla general, todas las vitaminas y suplementos alimenticios deben tomarse con las comidas o inmediatamente después de ellas. Se asimilan mejor con los alimentos.

2)    Divida todas las cantidades que se sugieren por día en partes iguales entre tres comidas.

3)    Tome todas las vitaminas y suplementos alimenticios en forma continua, con excepción de vitaminas del complejo B de alta potencia, dosis ma­sivas de vitaminas B aisladas y sintéticas, y grandes dosis de vitaminas A y D (éstas deben tomarse por un mes, después de un intervalo de un mes se toma por otro mes y así sucesivamente). Esto tiene que ser en esta forma porque las vitaminas antes mencionadas son acumulativas y pue­den causar un desequilibrio vitamínico en el organismo si se toman en dosis masivas por temporadas prolongadas. Asimismo, la ingestión con­tinua de ciertas vitaminas aisladas del complejo B, en dosis elevadas, puede dar origen a deficiencias de otras vitaminas B e interferir con la síntesis, propia del organismo, de estas vitaminas en los intestinos. Aun­que la levadura de cerveza (complejo B) y aceites de hígado de pes­cado al natural (A y D) pueden tomarse de continuo.

4)    En la Parte Uno de este libro se recomiendan suplementos medicinales especiales como son las enzimas digestivas, el ácido clorhídrico, vita­minas y minerales especiales en dosis masivas, etcétera. Estos deben to­marse sólo durante el tratamiento o de uno a tres meses, y después se suspenden. Después de uno a tres meses de intervalo, si es necesario, se puede repetir el tratamiento. Entre tratamiento y tratamiento se deben administrar suplementos alimenticios naturales ricos en minerales y vita­minas, como levadura de cerveza, harina de huesos, lecitina, aceites de hígado de pescado, escaramujo, etcétera. La vitamina C puede usarse de continuo en dosis reducidas. Cuando la vitamina E se prescribe para una alteración cardiaca también debe usarse de continuo.

5)    Aunque la vitamina E en forma de tocoferoles mezclados puede tomarse sin ningún riesgo por cualquier persona sana que toma vitaminas con propósitos preventivos, aquellos que toman la vitamina E con propósi­tos terapéuticos o para tratar algún padecimiento específico, deben tomar solamente las cápsulas d-alfa tocoferol puro (posiblemente complemen­tado con una mezcla de tocoferoles). Únicamente la fracción alfa toco­ferol del complejo vitamínico E, se sabe hasta el momento, es eficaz en el tratamiento de enfermedades.

6)    Como norma general, todas las vitaminas y suplementos alimenticios deben tomarse juntos; por su acción sinérgica, trabajan mejor así y se complementan unos a otros. Sin embargo, tenemos una notoria excepción a esta regla. La vitamina E y los suplementos de hierro son antagónicos. Las tabletas de hierro tienen un efecto adverso sobre la utilización de la vitamina E. Por lo tanto, cuando se tomen tabletas de hierro, como por ejemplo en la anemia, deben tomarse de 8 a 12 horas antes o después de tomar la vitamina E. Por ejemplo, tome toda la dosis diaria de vita­mina E en el desayuno y las tabletas de hierro en la cena. Sin embargo, los alimentos naturales ricos en hierro no ejercen efecto adverso sobre la utilización de la vitamina E.

7)    Debemos hacer de nuevo hincapié, como lo hicimos en la Introducción, que aunque en la Parte Uno de este libro anotamos las vitaminas espe­cíficas para el tratamiento biológico de muchos padecimientos y, en la mayoría de los casos, anotamos las dosis terapéuticas de uso común, no existe un paciente o persona promedio o común. Como el doctor Roger J. Williams lo hace ver tan hábilmente: “Cada ser humano tiene sus propias necesidades nutricionales”. Asimismo, hay una gran diferencia en la respuesta de cada paciente a las vitaminas y demás sustancias tera­péuticas, dependiendo de su estado de salud, estado nutricional, la calidad de los alimentos que come, su habilidad para asimilar nutrientes, el contenido de minerales en el agua que bebe, el grado de toxicidad de su ambiente, su salud emocional, etcétera. Existen muchos desórdenes físi­cos y mentales que no permiten una utilización apropiada de las vita­minas. Dentadura en mal estado, diarrea, falta de jugos digestivos, pará­sitos intestinales, infecciones, colitis, alteraciones en el hígado o vesícula biliar, tensiones mentales, son sólo algunos de los trastornos que inter­fieren con la utilización de las vitaminas. Además existen innumerables antagonistas de las vitaminas que destruyen o interfieren con las demás vitaminas que se ingieren, como es el fumar (vitamina C), aspirinas y otros medicamentos (vitamina C), alcohol (vitamina B), alimentos ran­cios (vitamina E), agua clorinada (vitamina E), laxantes (vitaminas C y B), etcétera.

. Por lo tanto, compréndase bien que las dosis diarias de vitaminas y demás suplementos que se sugieren, como se dan en la Parte Uno de este libro, se proporcionan únicamente como una guía muy general, refi­riéndose comúnmente a las dosis máximas que usan la mayoría de los practicantes de la medicina que se especializan en la terapia con vita­minas. No se recomiendan estas dosis para todos los individuos, ya que las necesidades personales de cada uno son diferentes. Su médico, des­pués de un cuidadoso examen y una evaluación metabólica y nutricional de su estado de salud, debe determinar la dosis exacta y la duración de la terapia con vitaminas PARA USTED.

8)    Siempre que sea posible, todas las vitaminas deben ser naturales, no sintéticas. Vea la siguiente sección para que note la diferencia entre las dos y cómo puede saber cuál es cuál.

 

Vitaminas sintéticas y naturales

 

Bastantes, de las vitaminas que se venden en las farmacias se fabrican con productos químicos sintéticos, no son derivadas de sustancias alimen­ticias naturales. Aunque esto es cierto también con algunas marcas que se venden en tiendas de alimentos naturales, muchas de ellas son, sin em­bargo, concentrados de nutrimentos de fuentes naturales como el escara­mujo (rosal silvestre), pimientos verdes y acerola (espino blanco) (vita­mina C); levadura de cerveza, hígado o el salvado (pulimento) del arroz (vitamina B); aceite de hígado de pescado o hierba de limón (vitaminas A y D); aceites vegetales (vitamina E); algas marinas (yodo); harina de huesos, cascarones de huevo y leche (minerales); etcétera.

Existe una gran controversia en relación con la diferencia y utilidad de las vitaminas naturales y las sintéticas. Las autoridades en salud natural generalmente insisten en que las vitaminas sintéticas son inútiles, ineficaces y en extremo dañinas. Muchos médicos ortodoxos y nutriólogos aseguran que las vitaminas sintéticas tienen una estructura molecular idéntica a la de las llamadas vitaminas naturales y que son exactamente igual de eficaces. ¿Quién tiene la razón?

He realizado por todo el mundo estudios de investigación sobre las vitaminas para encontrar una respuesta inteligente a esta cuestión.

En Suecia se alimentó a dos grupos de zorros salvajes con dietas idénticas, pero un grupo recibió un suplemento alimenticio en forma de todas las vitaminas B sintéticas conocidas y el otro recibió vitaminas en| forma de levadura de cerveza e hígado. Los animales alimentados sintéticamente tuvieron un crecimiento defectuoso, su pelaje no se desarrolló bien y contrajeron muchas enfermedades. Los animales alimentados con vitaminas naturales crecieron en forma normal, su pelaje se desarrollo bien y gozaron de buena salud. Resultados similares se adquirieron en otros estudios con animales, realizados en diversos países.

“En términos generales, podemos confiar más en la naturaleza que en los químicos y sus vitaminas sintéticas”, explica el doctor A. J. Carlson, de la Universidad de Chicago.

Debemos tener en mente que en la naturaleza las vitaminas jamás están aisladas, siempre están presentes en forma de complejos vitamínicos, Existen 24 factores conocidos en el complejo vitamínico C. Encontramos 22 factores vitamínicos B conocidos. La vitamina E, como la conocemos, está compuesta de por lo menos 9 tocoferoles naturales. Y así sucesivamente. Cuando uno toma vitaminas naturales, como en el caso del escaramujo, la levadura de cerveza o aceites vegetales, uno está recibiendo todas las vitaminas y factores similares que se presentan en forma natural en estos alimentos, esto es, todos los ya descubiertos y los no descubiertos. Nuestro conocimiento sobre vitaminas no está todavía completo, con frecuen­cia se descubren nuevas vitaminas. Por ejemplo, se ha demostrado clínica mente que los alimentos ricos en vitaminas B en forma natural, como es la levadura de cerveza y el hígado, contienen algunos potentes, pero hasta ahora no identificados o aislados, factores del complejo vitamínico II, Cuando se toma las vitaminas en forma de suplementos ricos en vitaminas o en forma de “complejos”, uno está recibiendo el beneficio de todas las vitaminas conocidas así como de las desconocidas.

¿Significa esto que las vitaminas sintéticas no son útiles? No necesariamente. El lugar exacto de las vitaminas sintéticas está en su uso terapéu­tico cuando dosis masivas de vitaminas de fácil solubilidad y rápidos resultados son necesarias. Por ejemplo, W. J. McCormick, la mundial mente famosa autoridad en los usos terapéuticos de la vitamina C, ha usado con éxito dosis masivas de ácido ascórbico (vitamina C) en casos críticos de envenenamiento o infección, de preferencia por vía intraveno­sa. Sus tratamientos dieron resultados espectaculares y a menudo salvaron vidas. No es muy fácil inyectar escaramujo por vía intravenosa y obtener dichos resultados. El doctor Linus Pauling usó ácido ascórbico sintético para prevenir o curar con éxito el resfriado común. En dosis masivas, las vitaminas sintéticas actúan como medicamentos de acción rápida. Su acción a menudo es más rápida que la de las vitaminas naturales. Esto puede ser de gran valor en estados críticos de envenenamiento o salud precaria.

La vitamina E es un buen ejemplo. Los que abogan por las vitami­nas naturales aconsejan tomar aceites vegetales ricos en vitamina E, espe­cialmente aceite de germen de trigo, en lugar de cápsulas de vitamina E aislada. O, si se hace uso de las cápsulas, aconsejan tomar vitamina E en forma de una mezcla de tocoferoles como sucede en la naturaleza. Pero los doctores Evan y Wilfred Shute, las autoridades más competentes en el mundo en los usos terapéuticos de la vitamina E, usan únicamente el alfa tocoferol aislado en su exitosa práctica y trabajo de investigación. Afirman que el alfa tocoferol es la única parte activa del complejo vita­mínico E y que los demás tocoferoles no son necesarios en el uso tera­péutico.

Personalmente he sabido de algunos casos en que pacientes con inclina­ción hacia los alimentos naturales, que sufrían de algún trastorno cardia­co, trataron de proteger sus corazones y evitar un ataque cardiaco tomando vitamina E en una mezcla de tocoferoles. Algunos de ellos pagaron con sus vidas el experimento. Verá usted, el doctor Wilfred Shute recomienda hasta 1,600 U.I. de vitamina E para alteraciones cardiacas. Si un pa­ciente toma 1,600 U.I. de vitamina E en forma de tocoferoles mezclados, puede estar recibiendo únicamente 400 U.I. o menos del alfa tocoferol activo, al día, y así, en realidad está poniendo en peligro su vida.

La solución inteligente a la controversia sobre vitaminas sintéticas contra naturales parece, ser la siguiente:

Las vitaminas aisladas y sintéticas y los minerales, en grandes dosis, tienen su lugar correcto e indispensable en el tratamiento a corto plazo de estados agudos o enfermedades por deficiencias severas, o donde sólo las fracciones aisladas de un complejo vitamínico son necesarias para un propósito terapéutico específico. Aunque aquellos que no sufren de nin­guna dolencia en especial o deficiencia, pero están interesados en los suplementos alimenticios y vitaminas principalmente por sus factores preventivos, esto es, para proteger la salud y prevenir enfermedades y vejez prematura, deben usar vitaminas naturales en forma de suplemen­tos alimenticios como la levadura de cerveza, concentrado de escaramujo, algas marinas, harina de huesos, aceite de hígado de pescado, aceites vegetales, etcétera. En estos suplementos se encuentran todas las vitami­nas y demás sustancias nutritivas en sus combinaciones naturales y balan­ceadas, lo que es esencial para una mejor asimilación, acción sinérgica y máximo efecto biológico.

Para aquellos que no saben distinguir entre las vitaminas sintéticas y las naturales (ya que casi todas las tiendas de alimentos naturistas venden ambas), aconsejamos se lean las etiquetas. Como regla general, si la fórmu­la en el frasco no menciona que la vitamina es natural o deriva de fuentes naturales, significa que es sintética. Los fabricantes de productos naturales siempre están ansiosos por anunciar sus fuentes naturales. Debemos tomín nota de que, a pesar de todo, existe el desafortunado hecho de que un gran número de compañías productoras de vitaminas venden sus productos en tiendas de alimentos sanos y utilizan vitaminas 100 por ciento sin téticas, pero tienen palabras como “naturales” y “orgánicas” en sus olí quetas. De hecho, sólo muy pocos productos con el complejo B están elaborados con sustancias naturales. A menudo se usan nombres químicos rebuscados que el consumidor no entiende y, así, no puede hacer una elección inteligente. Asimismo, muchos fabricantes tratan de engañarle a uno usando palabras ingeniosas o con coloridas representaciones de frutas o moras para hacernos creer que el suyo es un producto 100 por ciento natural, cuando en realidad no es así. Por ejemplo, si en la etiqueta se lee “Vitamina C — Escaramujo” no necesariamente significa que el producto está elaborado con escaramujo, únicamente puede significar que al ácido ascórbico se le ha añadido un concentrado de escaramujo, tal vez haya 95 por ciento de ácido ascórbico y 5 por ciento de escaramujo. Se tiene que ser un experto lector de etiquetas, incluso en los establecimientos de alimentos saludables.

Para ayudarle a orientarse cuando se encuentre frente a los estantes con grandes cantidades de frascos de vitaminas, aquí le presentamos una tabla con las vitaminas de uso más común.

 

Vitaminas sintéticas y naturales

Vitamina:

Si la fuente que se da es únicamente:

Es:

Vitamina C

Escaramujo, acerola, frutas cítricas, pimientos verdes

Natural

Vitamina C

Acido ascórbico, o si no se da la fuente de procedencia

Sintética

Vitaminas del complejo B

Levadura de cerveza

Natural

Vitaminas del complejo B

Si no se dan las fuentes

Sintética

Vitamina B1

Levadura o salvado de arroz

Natural

Vitamina B1

Clorhidrato de tiamina o Cloruro

Sintética

Vitamina B1

de tiamina Mononitrato de tiamina

Sintética

Vitamina B2

Levadura o salvado de arroz

Natural

Vitamina B2

Riboflavina

Sintética

Vitamina Be

Levadura o salvado de arroz

Natural

Vitamina B6

Clorhidrato de piridoxina

Sintética

Niacina (B3)

Levadura o salvado de arroz

Natural

Niacina o Niacinamida

Si no se da la fuente

Sintética

 

Vitamina B12

Levadura, hígado o concentrado de fermentación

Natural

Vitamina B12

Cobalamina o cianocobalamina

Producto de fermentación

natural

PABA (ácido para aminobenzoico

Levadura

Natural

PABA

Si no se dan las fuentes

Sintético

Acido fólico

Levadura

Natural

Acido fólico

Acido pteroilglutámico, o si no se dan las fuentes

Sintético

Acido pantoténico

Levadura

Natural

Acido pantoténico

Pantotenato de calcio

Sintético

Inositol

Frijol soya, maíz o levadura

Natural

Colina

Frijol soya o levadura

Natural

Colina

Bitartrato de colina

Sintética

Biotina

Levadura

Natural

Biotina

d-biotina

Sintética

Vitamina A

Aceite de pescado o hierba de limón

Natural

Vitamina A

Acetato o palmitato

Sintética

Vitamina D o D3

Aceites de pescado

Natural

Vitamina DoD3

Calciferol o ergosterol irradiado

Sintética

Vitamina E

Aceites vegetales, germen de trigo (tocoferoles mixtos)

Natural

Vitamina E

acetato de alfa tocoferol o acetato

Natura]

Vitamina E

d-alfa tocoferol o acetato de tocoferil d-alfa tocoferol (o tocoferil)

Sintética

Vitamina E

Succinato

Puede ser natural o sintética

Vitamina K

Alfalfa

Natural

Vitamina K

Menadiona

Sintética

Vitamina P o Bioflavonoides

Bioflavonoides de cítricos, rutina, hesperidina. citrina

Natural

 

Un comentario en «Por qué y cómo usar las vitaminas y suplementos alimenticios»

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